Las prácticas educativas, encaminadas a fortalecer el ámbito social, surgen como una alternativa para formar ciudadanos mas responsablemente comprometidos con la solución de los problemas que le aquejan y que paralelamente con la construcción asertiva de valores contribuyan a mejorar su calidad de vida y de las personas que le rodean.
La enseñanza y aprendizaje de la matemática debe propender por la búsqueda en la calidad de la educación, responder a la necesidad de proporcionar una solida formación al ciudadano, para que se desempeñe en el nuevo orden social y laboral que demanda tanto la situación actual como la que debe enfrentar en un futuro.