El proceso de lectura y escritura en la formación de nuestros profesionales tiene, por lo general, menos importancia de la que retóricamente suele concedérsele. Se habla demasiado y se hace más bien poco. Esa es la realidad escueta. Lo disciplinar, en la mayor parte de los casos, desplaza sin contemplaciones la escritura y la lectura como elementos esenciales en la construcción del pensamiento. Cada vez se lee menos y cada vez se cuida menos la lengua y su estructura. Se habla de cualquier forma y se escribe como se habla. La Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali, inició hace ya algunos años un trabajo que pretende articular procesos investigativos con la lectura de diferentes realidades y la escritura acerca de estas.
Lo fundamental es aprender a observar, a detallar, a preguntar y a oír al otro, no como un paciente sino como un ser humano que tiene una historia para contar. Esto se relaciona directamente con la lectura de textos narrativos que ofrecen la posibilidad de crear conciencia en los estudiantes de que es factible escribir bien, que se puede contar una historia de manera grata.