En este libro, que sin duda ajusta cuentas entre nosotros con el doble movimiento del ensayo (reflexivo y creativo), Adriana Lozano construye un mirar-pensar-decir que renueva nuestra certidumbre sobre la literatura e induce a transitar el camino del ensayo como invitación a la escritura, esa íntima gratitud del lector frente al texto que lo atraviesa y conmueve.
En el caso de este género ensayístico, que se define por un particular carácter reflexivo, crítico y estilístico, la búsqueda de sentido, las aproximaciones y los descubrimientos que realiza el lector son las acciones que posibilitan el diálogo con la obra literaria, condicionado, claro está, por un proceso de lectura de esta obra que se realiza desde una posición crítica, interpretativa y creativa, anclada en relaciones y reflexiones que se soportan en enfoques teóricos específicos.