Los signos que denotan el título de este libro, a saber I/0, corresponden en primera instancia a la formalización lógica a través de la cual es posible la existencia y el funcionamiento de esas máquinas que conocemos con el nombre de computadoras, sean estas una sencilla calculadora o la más compleja forma de hardware que aloje programas de escritura, diseño e Internet. Se trata de un código binario de carácter inequívoco que permite crear una serie de secuencias algorítmicas con las que se hacen posibles las maravillas tecnológicas hoy casi imprescindibles en la vida del ser humano. No obstante el carácter inequívoco de ese par de signos, son ellos mismos el origen de la creación que deviene rauda y veloz y que hace avanzar cada vez más rápido los desarrollos tecnológicos. Del tipo de relación resultante entre esos signos surge una serie posiblemente infinita, aunque no probable, de combinatorias que dan lugar a la novedad, a la creación. Es notable, entonces, cómo a partir de un punto parental, en principio inequívoco con el cual se inscribe la existencia de algo, se abre la posibilidad para la aparición de lo nuevo, gracias a que esos signos que ocupan el lugar del trazo, de la letra (gramme, grafo), en tanto símbolos permiten la posibilidad de deslizarse metaforizando sentidos, creando nuevas significaciones.