El deseo de evolucionar es inherente al ser humano. La necesidad de dar respuestas a la angustia vital, a buen seguro percibida ya por el homo sapiens, que embarga hoy al homo virtual, ha sido el motor para salir de la ignorancia y asumir un compromiso con la vida. Esta actitud vital es reconocida en filósofos –aspirantes a la sabiduría–, científicos, poetas, etc., a lo largo de la historia. El objetivo diana de este libro apunta hacia la psicología transpersonal, aún en ciernes, que balbucea en estos desfiladeros en busca nada más y nada menos que del sentido total de la vida, de la enfermedad, del gozo y de la muerte. La gran pregunta implícita en conócete a ti mismo y conocerás al universo, de Sócrates, ha de mantenerse viva contra viento y marea hasta que las ubres del universo suelten el maná de las intuiciones.