Las reflexiones propuestas en este libro, que recogen las distintas celebraciones de la Semana Santa 2017, están enmarcadas en la esperanza. Y cómo nos viene de bien fortalecer esta virtud teologal cuando la desesperanza, la tragedia, la pobreza, la injusticia y, para muchos, la pérdida de los valores humanos y religiosos, están arrancando las ganas de vivir y distorsionando el valor de la vida y su dignidad. Para muchos, el mundo está siendo dominado por el temor, porque la esperanza en el futuro está oscurecida. Sin embargo, Cristo, con su muerte y su resurrección, vivió la nueva Pascua y resignificó la pascua de Israel en la salida de la esclavitud de Egipto, para mostrarnos cómo es de necesario dar el paso hacia la nueva realidad que Él nos ha anticipado.
La Pascua es un camino, un dar el paso día a día hacia “los cielos nuevos y la tierra nueva” (Apoc. 21,1) que se nos han prometido, y para lo cual se necesita la esperanza, siempre florecida, es decir, siempre viva, actuante y motivadora. Vivamos con este espíritu la Pascua 2017 y dispongámonos para dar con el papa Francisco el primer paso, esta vez también, hacia la nueva Colombia y la nueva Iglesia que necesitamos.