La última imagen: experiencias sensoriales de la muerte violenta en Bogotá, tiene un problema de investigación muy específico: la representación social del proceso legal de la muerte en Bogotá y sus efectos antropológicos. Desde el principio se asegura que la antropología de los sentidos es una ruta metodológica; sin embargo, como en todo proceso de investigación social, la metodología es más que un simple modo: impregna todo el conjunto y termina por definir, al menos en parte, la totalidad del trabajo. Este proceso metodológico, más etnohistórico en algunos momentos, más etnográfico en otros, en conjunto con un fuerte sentido teórico, permiten tener al final un trabajo sólido, argumentado desde las más sofisticadas y complejas visiones de las ciencias sociales, para lograr un abordaje político (es un trabajo de Ciencia Política y Derecho) bastante lúcido. El uso de estas formas de trabajo, provenientes de las ciencias sociales, permiten que los productos finales de las investigaciones politológicas se presenten de una manera nueva, más compleja y enriquecida. La investigación no aborda un tema nuevo, puesto que ya ha sido abordado por varios antropólogos, sociólogos y psicólogos, pero la novedad radica en el acento puesto en el procedimiento legal mismo, el cual siempre aparece (en las otras investigaciones) casi como una serie de pasos que no añaden nada sustancial a la representación social de la muerte violenta. Molina nos demuestra que esos momentos vividos en la morgue de Medicina Legal, más el relato legal, constituyen una fuente de sentimientos que afectan y reconstituyen las representaciones y las categorías con las cuales pensamos la muerte.