El ser humano como participante activo de su propia configuración es un punto de convergencia de las tensiones culturales, políticas y sociales que lo territorializan o desterritorializan, situándolo ante la opción por su propia identidad. Un juego de roles, de devenires, de apuestas por empoderarse como sujeto, de sumisiones y arrogancias, de logros y fracturas, todo ello se constituye en un caldo de cultivo que evidencia los ires y venires del ser humano por apropiarse de un lugar, de un ser en tiempo presente.
El lugar de referencia de este devenir es, hoy, en esta obra, el campus de la Universidad de San Buenaventura en Cali, entorno habitado por un grupo heterogéneo de seres humanos que forman parte de la red de relaciones de una comunidad educativa comprometidos en una propuesta académica guiada por los principios y saberes del pensamiento franciscano, que le apuesta a la potenciación de vínculos entre sujetos, entre ideas, entre sueños, entre vidas, entres afanes.