La obra de Rodrigo Pelloso Gelamo se funda en la convicción de que los problemas prácticos comprometidos en la enseñanza de la filosofía corresponde tratarlos dentro del ámbito propiamente filosófico. En efecto, la cuestión relativa a la enseñanza, la inquietud acerca del aprendizaje del pensamiento y las preguntas sobre la naturaleza del conocimiento filosóficos, constituyen algunos de los interrogantes que junto con la determinación de la labor del profesor encargado de esta disciplina, atraviesan una buena parte de sus cuestiones fundamentales.
Al mismo tiempo, Pelloso da cuenta panorámicamente de las razones históricas que motivan en Brasil el desconocimiento o desprecio por tales estudios en la filosofía. El rigor argumentativo de la obra se evidencia en el cuidadoso seguimiento de los antecedentes histórico-filosóficos del problema planteado, así como en la inquietud por definir una base metodológica adecuada que establezca los deslindes necesarios respecto de los asuntos estudiados en el seno de la pedagogía o de la filosofía de la educación. De este modo, los resultados, dirigidos principalmente a pensar la experiencia del quehacer filosófico, ofrecen un verdadero referente sobre el cual debiera desenvolverse en la actualidad el problema de la enseñanza de la filosofía.