Uno de los desafíos fundamentales de nuestro momento histórico es, sin duda, reorientar la educación y, ante todo, la formación del carácter moral. Frente a la violencia social generalizada, que se incrementa hoy de manera alarmante amenazando nuestras actuales formas de vida democrática, la disolución de los vínculos sociales más elementales que dificultan tejer una vida en común, la pérdida de criterios universalmente vinculantes para conducir nuestra vida y hacer posible una realización plena y comunitaria de nuestra propia existencia, el desconcierto generalizado por no poder hallar un alivio a las tensiones más íntimas que afectan nuestro espíritu, tanto en el plano social como en el trascendente, y frente a la amenaza de un deterioro ecológico de nuestro mundo provocado, en parte, por el despliegue desenfrenado del proyecto moderno de la ciencia y la técnica que ha venido configurando un único modelo de comprensión de la vida y de la acción humana, se han venido desarrollando modelos de reflexión, emprendidos desde diversas perspectivas metodológicas y disciplinares, que buscan con propuestas educativas o pedagógicas salirle al paso a estos signos que evidencian, de manera inequívoca, un malestar creciente en nuestra actual forma de vida. La autora presenta aquí paso a paso el marco general desde el cual puede ser comprendida y asumida la tarea de la formación del carácter moral. Siguiendo inicialmente la intención fundamental de la filosofía analítica de la educación, analiza de modo general la actual situación de la filosofía de la educación, mostrando cómo su dinámica ha oscilado entre la primacía del método analítico para pensar el fenómeno educativo y la apuesta de la tarea hermenéutica para dar sentido integral a la educación moral enmarcada en una autocomprensión del hombre como tarea libre y abierta a su acontecer histórico. Desde este marco general busca así alcanzar una adecuada determinación del carácter que no lo reduzca a una simple nota distintiva de nuestro psiquismo o una determinación del yo, pues quiere pensar si es posible que la determinación del carácter permita imputar responsabilidad a nuestros actos.