Los escritos aquí presentados, concebidos por la misma autora y ordenados en el tiempo lineal ordinario, develan los hilos de su pensamiento, de su sentir y de sus intuiciones; de su realidad y de cómo cambian de ayer a hoy y a mañana. Pero aun así, lo que permite entrever la urdimbre son los núcleos conceptuales que evidencian el “atractor personal” (en la imagen) de quien los crea. Es decir, “su sello”, “su huella”, porque el tiempo de la creación no es lineal, aunque la visión del mundo del autor esté relacionada sincrónicamente con el espíritu de su tiempo.
Este libro insiste, sin querer necesariamente hacerlo explícito, y a tráves de todos sus “núcleos”, en el hecho de que es tarea del que es psicólogo –y llegar hacerlo lleva toda una vida– volverse “guardián de las diversidades psíquicas” porque sólo así honorará psique. Y ser “guardián de las diversidades psíquicas” significa, sobre todo, contribuir a desencadenar procesos de resiliencia global... para “salvarse” y “salvar” a los otros de las consecuencias que trae consigo una globalización de la economía, que busca sólo las ganancias monetarias: la “estandarización” del mundo en todas sus dimensiones, la negación de las realidades locales, la subvaloración de las realidades psíquicas y el colapso de este modo de vivir que podría eventualmente arriesgar la vida sobre el planeta Tierra.
Ojalá que lo consigamos y que sea así por el bien de todos y del Todo.