En materia jurídica, el soporte de conocimientos que da base a la interpretación debe extraerse de una correlación cognitiva y epistémica entre el intérprete y la norma jurídica. Esta relación implica que ninguno de los dos intervinientes (intérprete y norma) se sostiene por sí mismo o cada uno por separado. La idea de un conocimiento monolítico no puede generar conocimiento en materia jurídica sin sopesar la realidad y sustentarse en su interpretación, realidad a pesar de ser externa impregna el concepto que proviene de los mismos enunciados normativos.
En la interpretación deberían jugar múltiples puntos de vista para lograr una exégesis razonable. Esta variedad de visiones se sostiene por la ampliación del rango de acción del concepto de derecho y un mayor acercamiento a los procesos sociales en los que las normas actúan. El problema en la interpretación deviene de la dificultad de evitar la subjetividad en el intérprete, razón por la cual la idea apunta a lograr una interpretación aceptable, razonada y argumentada a partir de razones no subjetivas y válidas en un discurso universal.
Este es el problema que se pretende abordar en esta investigación, para lo cual se analizará la teoría analítica del derecho en cuanto tenga que ver con los procesos interpretativos y se unirá a ella la teoría de la hermenéutica como presupuesto necesario para una interpretación razonable.