La autora realiza un balance de las investigaciones sobre el paramilitarismo y el paramilitar como victimario político; expone una breve historia del paramilitarismo en Colombia y sus vínculos con la contrainsurgencia, y presenta los casos de la limpieza social y el despojo como prácticas del paramilitar.
Se puede decir, entonces, que esta investigación desarrolla los campos de análisis que permiten dar cuenta de la institucionalización de los paramilitares en el ejercicio de la contrainsurgencia, la limpieza social y el despojo. Este desarrollo, desde luego, implica analizar:1) el vínculo del paramilitar con sus estructuras armadas, 2)el uso de los lugares que el paramilitar se autoadjudica en estas estructuras armadas y en su responsabilidad en los hechos, 3) los móviles y/o coyunturas político – militares que sirvieron de argumento para cometer crímenes de lesa humanidad y 4) las formas cómo el paramilitar referencia a la población civil que ha victimizado en relación con sus orientaciones, acciones y proyectos políticos. Lo anterior, a su vez, trabaja los casos de Vicente Castaño, Salvatore Mancuso, Jorge Iván Laverde y Uber Banquéz.
Finalmente, este libro aborda las referencias que los paramilitares hacen de los bene¬cios que les fueron otorgados por la Ley 975 de 2005, cuyo elemento común es la inconformidad por los acuerdos realizados con el Estado colombiano en el marco de las negociaciones y que a su juicio fueron excluidos de la Ley los siguientes aspectos: 1) los lugares de reclusión, 2) la participación en política, 3) el proceso de desmovilización y desarme como experimento y 4) lo que se asume como limitantes en la reconstrucción de la verdad.