La dilucidación de los orígenes o la génesis de la conciencia y la experiencia humana, la correlación existente entre desarrollo filogenético y desarrollo del “alma”, son posibles de ser formuladas a través de una de las vertientes del método fenomenológico, que es lo que ha tenido el nombre de “arqueología de las vivencias”, mediante la cual se va hasta el fundamento de creación de sentido del mundo, del sí mismo y de la alteridad. Se ha considerado que la vida adulta es propiamente a la que hay que ir para entender la vida de la conciencia en sus vertientes volitiva, cognitiva, estética y práctica; de este error el trabajo pretende salir, puesto que la vida humana tiene sus bases de construcción en el desarrollo paralelo de las filogenias orgánicas y psicológicas que tienen como horizonte de realización precisamente el niño, desde el embrión hasta los ocho años. En esto radica el aporte a Ciencias Sociales como Antropología, Psicología e Historia. Avance que permite ser presentado en virtud de los alcances epistemológicos y exegéticos de la Fenomenología de Edmund Husserl.
La obra también enriquece la reflexión acerca de la educación a partir de un capítulo completo dedicado a establecer, para todos los dedicados a la investigación, la docencia o la formación de personas, la exigencia de convertirse en Prometeo.