Aquí en este libro están formuladas las preguntas centrales de nuestra vuelta al hogar ¿Cómo fundar una solidaridad activa?, y, ¿cómo conjurar el encanto de Circe que retuvo a Ulíses por tanto tiempo, no sin su consentimiento? En suma, cómo salir del laberinto que aprisiona a Teseo, cómo fundir la aporía tanática.
Hoy está naciendo vigorosamente un nuevo jus-gentium fundado en los derechos inalienables de la dignidad de la persona bajo todas las banderas del orbe. Ese derecho global de protección de los derechos fundamentales amparados, las convenciones y normas de las Naciones Unidas y de todos los tribunales nacionales e internacionales, junto a un nuevo Derecho Internacional Humanitario, señalan el camino de retorno al hogar, y desde allí se liberan, desde allí retornan a su hogar todos los prisioneros de Circe, que no son otra cosa que los despotismos sangrientos por los que la centuria pasada y los comienzos de esta, serán conocidos y repudiados, junto al genocidio de poblaciones enteras, como lo atestiguan los casos de nuestro Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia y de Ruanda y demás foros internacionales y regionales de derechos humanos. Ese nuevo leguaje existe.
Esta tarea también compete al lenguaje jurídico ya que la norma en su contexto lógico de imputación normativa refiere a la conducta intersubjetiva, como Giorgio Del Vecchio, el gran filósofo italiano, lo había expresado desde hace décadas. La inscripción de la norma, la discriminación entre lo permitido y lo prohibido, y su consecuente metáfora jurídica, –en expresión de la autora siguiendo a Legendre–, construye la subjetividad humana, que sólo se puede pensar como intersubjetividad ¡Amelia ya ha comenzado vigorosamente en esa dirección!