Traducción: Juan David Millán Mendoza
Debemos tener siempre en mente que formas de vida determinadas se fundamentan en afectos específicos. Es decir, ellas necesitan de tales afectos para continuar repitiéndose, a imponer sus modos de ordenación definiendo, con ello, el campo de los posibles. Hay una adhesión social construida a través de las afecciones. En este sentido, cuando las sociedades se transforman, se abren a la producción de formas singulares de vida y en ese sentido, los afectos empiezan a circular de otra forma, a agenciarse de manera que se producen otros objetos y efectos.