El concepto de discapacidad se ha transformado profundamente. Se espera que durante las primeras décadas del siglo XXI la discapacidad (sea cual fuere) deje de ser considerada una limitación enteramente biológica y se conciba como una interacción entre los recursos personales y el soporte que el entorno ofrece. Dicho de otro modo, si una persona con limitaciones sensoriales, motoras o cognitivas encuentra en su entorno social el soporte necesario, podría acceder a una vida plena como ser humano. Reconocer la diferencia requiere, por tanto, comprender las necesidades particulares de cada población. La inclusión socioeducativa no se basa en la igualdad de los seres humanos, pues desde la perspectiva de la equidad de derechos se asume que los diversos grupos sociales tienen características y necesidades diferentes que deben ser atendidas, si se quiere garantizar el derecho a la educación, la salud y el trabajo.
Esperamos que este material sea de utilidad para las instituciones educativas, las entidades gubernamentales, los profesionales del área y para la comunidad sorda. De hecho, se espera contribuir al desarrollo de la comunidad sorda mediante el análisis y la discusión de información que pueda ser utilizada por las instituciones educativas y de rehabilitación para ajustar sus programas de acuerdo con las necesidades y características de la población. A un nivel más amplio, se espera que las acciones derivadas de este proyecto se sumen a los esfuerzos de las entidades públicas responsables en la evaluación y fortalecimiento continuo de la educación para los niños sordos.