La Catedral de Cartagena se ha visto sometida a múltiples modificaciones. Una de ellas ha sido la de la torre del campanario, que ha llegado a nuestros días porque, aunque agregada en una época diferente a la de sus orígenes, se ha ganado su valor en el tiempo, así como la aceptación de las generaciones que llevan 92 años viendo cómo este elemento particular del edificio, sigue siendo emblemático.
La Catedral de Cartagena, además, encierra todo un mundo de historias, cambios y transformaciones realizadas con la finalidad preservar y recuperar la imagen prístina de la edificación. En ese sentido, este trabajo investigativo busca mostrar cómo se han dado esas transformaciones y la importancia de las mismas, en especial en estos últimos años cuando la Arquidiócesis lidera esos procesos.