La primera edición de esta obra llegó a llenar un vacío existente en todas las instituciones de educación superior del país, en un momento en que todas estas instituciones estaban consolidando el tránsito de la sola enseñanza a la enseñanza aunada a la investigación. ¡Ahora los profesores, además de enseñar, debían investigar!; pero esa investigación tenía que ser publicada, preferiblemente en revistas arbitradas e indexadas. Varias generaciones de educadores, que no habían sido preparadas para investigar (y mucho menos para escribir) se vieron en la imperiosa necesidad de formarse en el difícil arte de la escritura. En esa coyuntura, este libro fue clave.